Cuando Bankei estaba enseñando en el templo de Trymon, un monje Shinshu, que creía en la salvación a través de la repetición del nombre del Buddha del amor, estaba celoso de su gran audiencia y quería tener un debate con el.
Bankei estaba en el medio de un sermón cuando el monje apareció, pero creó tanto revuelo que Bankei dejó su discurso y preguntó a que se debía todo aquel ruido.
- El fundador de nuestra secta – empezó el monje – tiene tales poderes milagrosos que puede mover un pincel a un lado del rio, y escribir el sagrado nombre de Amida sobre un papel sujetado por un ayudante en la otra orilla. ¿Puedes tu hacer semejantes cosas?
Bankei respondió tranquilamente:
- Quizas tu maestro sea capaz de hacer semejante truco, pero ese no es el camino del Zen. Mi milagro es que cuando tengo hambre, como, y cuando tengo sed, bebo.
Cuento Tradicional Zen
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