Toda decisión se basa en una idea subjetiva de lo que para ti es real. Pero ¿cuándo fue la última vez que te dejaste caer por la madriguera de tus suposiciones sobre la realidad? Hicimos esta pregunta a unos cuantos científicos. En su respuesta, el doctor David Albert menciona cómo y por qué la contestamos todos los días:
Si me levanto por la mañana y, de repente, decido tomarme muy en serio la presunción (que seguramente es cierta) de no estar seguro de que mis ojos funcionen correctamente, entonces, a juzgar por lo que yo sé, junto a mi cama podría haber un precipicio o algo semejante, aunque parezca que hay un suelo firme. Si fuera incapaz de ordenar esas posibilidades en función del grado de probabilidad que les asigno, ¡no saldría de la cama! Creo que me quedaría paralizado, en el sentido literal del término.
Una hipótesis es que realmente hay un suelo, que es lo que estoy viendo. Otra hipótesis es que el hecho de que esté viendo el suelo sea una alucinación y que lo que hay es un precipicio. Cuando te levantas de la cama por la mañana, apoyas una de las hipótesis porque te parece más probable que la otra. Así es como solemos actuar normalmente en la vida.
Cuando apoyamos la realidad que nos presentan los ojos, en ese momento estamos contestando la pregunta que se cierne sobre nosotros: ¿qué es la realidad? La mayoría de la gente cree que la realidad es lo que los sentidos proyectan ante nosotros. Y la ciencia, desde luego, ha apoyado esa visión durante cuatrocientos años: si no percibimos algo a través de los cinco sentidos (o de sus extensiones), no es real.
Sin embargo, esa "realidad" se muestra de una manera si la miramos con los ojos y de otra muy diferente si la miramos más detenidamente, en profundidad, con un microscopio o un desintegrador de átomos; entonces, se vuelve completamente distinta, irreconocible.
¿Y los pensamientos? ¿son parte de la "realidad"? Mira a tu alrededor. Hay ventanas, sillas, luces y este escrito. Probablemente pensabas que todas esas cosas eran reales. Todas estaban precedidas por una "idea" de ventana o de silla. Alguien ideó esas ventanas y sillas y las creó. Así pues, si lo último es real, ¿es también real la idea? La mayoría de la gente cree que los pensamientos y las emociones son reales; ahora bien, cuando los científicos exploran la "realidad" evitan cuidadosamente hablar de cosas semejantes.
Arntz, Chasse y Vicente
Y tú que sabes?
No hay comentarios:
Publicar un comentario