El herrero del pueblo contrató a un aprendiz dispuesto a trabajar duro por poco dinero.
El herrero se puso a instruirlo:
- Cuando yo saque la pieza del fuego, la pondré sobre el yunque y cuando te haga una señal con la cabeza, golpéala con el martillo.
El aprendiz hizo exactamente lo que creía que le habían dicho, y al día siguiente se había convertido en el nuevo herrero.
Cuando hablamos de la "realidad" intentamos expresar con palabras algo que es difícil definir a través de las palabras. Por eso no hablamos de la realidad, sino de lo que cada uno de nosotros entendemos por realidad.
Cuento Tradicional Chino
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