La manera como tú eliges resolver conflictos habla tanto acerca de ti como la manera que una batalla es peleada. Muchas personas están bastante apegadas al conflicto, aficionadas a la adrenalina rápida, el sentido de poder -especialmente si ellos ganan. Ellos saborean el recuerdo. De una manera perversa, eso los hace sentirse vivos. Para otros, la experiencia es bastante lo opuesto. El mismo pensamiento de otro conflicto hace enfermar sus estómagos. Ellos no quieren pasar por la experiencia otra vez. Nada merece la lucha otra vez. Ellos no se involucrarán de ahora en adelante. Ambos extremos son solo eso: extremos. En el primer caso, el adversario continúa para ser castigado; en el segundo, se castiga a sí mismo.
El castigo, sin embargo, no tiene nada que ver con el conflicto. Al final del conflicto, hay un antídoto que debería estar primero en la mente -el perdón. Hay dos personas para perdonar: el adversario y tú mismo.
Perdonar a los adversarios significa dar de baja al conflicto, física y mentalmente. La mayoría de la gente ha escuchado la siguiente historia Zen, pero es bueno repetirla. Es la historia acerca de dos monjes Zen que se aproximan a un río. Ellos necesitaban vadear el río a pie.A la orilla del río había una mujer joven que quería cruzar, pero no quería mojar su vestido. Ella pidió a los monjes si alguno la cargaría para cruzar. Uno de los monjes se enojó y la rechazó.
El Segundo no dijo nada, levantó a la mujer, y la transportó. Cuando los dos monjes continuaron su viaje, el primer monje quien había rechazado llevar a la mujer continuó "echando humo" acerca del insulto. El se quejó a su compañero, "¿Cómo pudiste hacer eso?" ¿Cómo pudiste cargar a esa mujer?" El segundo monje se volvió a su compañero y sonrió. "¿Estás tú aún cargándola? Yo la dejé a ella en el río".
Todo el mundo está cargando a la mujer, al hombre, dos toneladas de gorilas, elefantes, y el cielo sólo sabe qué más sobre sus hombros. Trabajando con el conflicto, podemos aprender cuando y como descargar los fardos. Los fardos son los rencores, malos sentimientos, y resentimientos que resultan de un conflicto -especialmente cuanto tú pierdes. Los conflictos no finalizan cuando la última trompada es golpeada. Incluso antes que la guerra termine, la próxima, más grande, más fuerte campaña está siendo tramada.
Los conflictos se quedan con mucha energía. Una falla a perdonar significa cerrarse en un ciclo de violencia. Y como el monje que no pudo descargar a la mujer en su mente, eso significa que la energía será gastada en mantener la lucha. Así el conflicto es costoso. En un sentido práctico significa que los empleados que gastan todo su tiempo ocupados en planear guerras no son empleados productivos. Ellos desperdician no solo su tiempo sino el tiempo de todo el mundo a su alrededor en sus batallas personales.
Enlightened Management
Dona Witten
Akong Tulku Rinpoche
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El castigo, sin embargo, no tiene nada que ver con el conflicto. Al final del conflicto, hay un antídoto que debería estar primero en la mente -el perdón. Hay dos personas para perdonar: el adversario y tú mismo.
Perdonar a los adversarios significa dar de baja al conflicto, física y mentalmente. La mayoría de la gente ha escuchado la siguiente historia Zen, pero es bueno repetirla. Es la historia acerca de dos monjes Zen que se aproximan a un río. Ellos necesitaban vadear el río a pie.A la orilla del río había una mujer joven que quería cruzar, pero no quería mojar su vestido. Ella pidió a los monjes si alguno la cargaría para cruzar. Uno de los monjes se enojó y la rechazó.
El Segundo no dijo nada, levantó a la mujer, y la transportó. Cuando los dos monjes continuaron su viaje, el primer monje quien había rechazado llevar a la mujer continuó "echando humo" acerca del insulto. El se quejó a su compañero, "¿Cómo pudiste hacer eso?" ¿Cómo pudiste cargar a esa mujer?" El segundo monje se volvió a su compañero y sonrió. "¿Estás tú aún cargándola? Yo la dejé a ella en el río".
Todo el mundo está cargando a la mujer, al hombre, dos toneladas de gorilas, elefantes, y el cielo sólo sabe qué más sobre sus hombros. Trabajando con el conflicto, podemos aprender cuando y como descargar los fardos. Los fardos son los rencores, malos sentimientos, y resentimientos que resultan de un conflicto -especialmente cuanto tú pierdes. Los conflictos no finalizan cuando la última trompada es golpeada. Incluso antes que la guerra termine, la próxima, más grande, más fuerte campaña está siendo tramada.
Los conflictos se quedan con mucha energía. Una falla a perdonar significa cerrarse en un ciclo de violencia. Y como el monje que no pudo descargar a la mujer en su mente, eso significa que la energía será gastada en mantener la lucha. Así el conflicto es costoso. En un sentido práctico significa que los empleados que gastan todo su tiempo ocupados en planear guerras no son empleados productivos. Ellos desperdician no solo su tiempo sino el tiempo de todo el mundo a su alrededor en sus batallas personales.
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