El miedo, el odio e incluso la agresividad en sí mismos no son malos. Pero cuando te apegas a estas emociones y te identificas o te dejas llevar inconscientemente por ellas, creas sufrimiento al impedir el suministro de alimento que te ofrecen. Es imposible conectar con tu propia vulnerabilidad, compasión y dulzura cuando has quedado atrapado en odiarte a ti mismo.
Desde que naces estás condicionado a relacionarte con las cosas a través de ti mismo. Todas son cosas importantes que deben conocerse en la vida porque ayudan a crear el concepto de lo que tú crees ser. Una vez los conceptos se convierten en mí, surge la necesidad de defenderlos, porque eso es lo que crees ser. Pero esas descripciones de mí son sólo conceptos y sobreviven sólo porque te apegas a ellos. La verdad es que no son lo que eres porque estás cambiando constantemente. Si no comprendes la naturaleza temporal y fugaz de esas descripciones luchas por hacer que sean permanentes. Esa lucha es lo que causa que sea tan difícil dejar de apegarte.
Pero lo cierto es que en realidad al dejar de apegarte no pierdes nada. Abandonar esos conceptos es como eliminar algo imaginario. No puedes perderlos porque no eran realmente tuyos. No hay nada que tengas o poseas por mucho tiempo. Ni tu cuerpo siquiera te pertenece, y algún día morirá. De modo que no tiene sentido identificarte con nada o afirmar que te pertenece, porque nada -ni tu cuerpo ni la idea de quien crees ser- durará siempre.
Ronna Kabatznick
.
Desde que naces estás condicionado a relacionarte con las cosas a través de ti mismo. Todas son cosas importantes que deben conocerse en la vida porque ayudan a crear el concepto de lo que tú crees ser. Una vez los conceptos se convierten en mí, surge la necesidad de defenderlos, porque eso es lo que crees ser. Pero esas descripciones de mí son sólo conceptos y sobreviven sólo porque te apegas a ellos. La verdad es que no son lo que eres porque estás cambiando constantemente. Si no comprendes la naturaleza temporal y fugaz de esas descripciones luchas por hacer que sean permanentes. Esa lucha es lo que causa que sea tan difícil dejar de apegarte.
Pero lo cierto es que en realidad al dejar de apegarte no pierdes nada. Abandonar esos conceptos es como eliminar algo imaginario. No puedes perderlos porque no eran realmente tuyos. No hay nada que tengas o poseas por mucho tiempo. Ni tu cuerpo siquiera te pertenece, y algún día morirá. De modo que no tiene sentido identificarte con nada o afirmar que te pertenece, porque nada -ni tu cuerpo ni la idea de quien crees ser- durará siempre.
Ronna Kabatznick
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario