Rompiendo esquemas limitadores




¿Has visto alguna vez una mosca atrapada en una habitación? En su desesperación por encontrar la salida, no deja de golpearse contra los cristales de la ventana.
¿Te has fijado en que hay personas que actúan de un modo muy parecido? Por muy motivadas que estén, si sus procedimientos no funcionan jamás conseguirán su objetivo. Es como la madre o la esposa que no deja de regañar. Si consigue algo, es lo contrario de lo que deseaba.
Rompe con los esquemas limitadores haciendo algo inesperado. Si tienes la tendencia de regañar, interrumpe tu frase a medias y ¡sonríe! Acércate a tu hijo o marido, dale un abrazo y dile lo mucho que le quieres.

¿De qué maneras juguetonas y divertidas podrías romper con un esquema limitador?
Para crear un nuevo esquema de pensamiento, conducta o sentimiento, primero debes romper con el anterior. Te será más fácil verlo si te imaginas un disco compacto. ¿Por qué toca siempre la misma música? Porque lleva grabado un esquema invisible.
Del mismo modo que es inútil tratar de insertar un disco compacto nuevo mientras aún suene el anterior, es una pérdida de tiempo tratar de establecer un nuevo esquema de conducta y sentimiento mientras el viejo esté aún atrincherado en tu mente. En el momento en que te pillas dedicándote al viejo esquema, rómpelo de cualquier forma loca, estrafalaria y divertida que se te ocurra. Es como estar escuchando una canción que nunca más quieres volver a oír. Sacas el disco y arañas la superficie grabada a fondo, hasta estar seguro de que esa música jamás podrá sonar otra vez.
La razón por la que suele costar tanto cambiar un esquema (sea emotivo o de comportamiento) es que está literalmente «grabado» en ti. Cierto investigador lo demostró haciendo mover el dedo de un mono hacia delante y hacia atrás y estudiando los contactos resultantes entre las neuronas cerebrales en la medida en que se iban estableciendo. Cuanto más se repetía el movimiento, más se fortalecía la vía de conexión; después de mover el dedo del animal algunos centenares de veces, las neuronas se ligaron formando una vía irresistible. Con el comportamiento ya «grabado» en su mente, el mono siguió moviendo el dedo de motu propio incluso después del cese del estímulo exterior.
Por uso y abuso, muchos de nosotros hemos aprendido a perder los nervios, a preocupamos por cada nimiedad., a sentir inseguridad, beber alcohol en exceso.

¿Qué reflejos positivos podrías potenciar con la repetición?
¿Hay esquemas que den forma a tu vida de un modo inconsciente? Muchas personas, por ejemplo, repiten cada día el mismo itinerario para ir al trabajo: cogen la misma autopista, salen por la misma salida, etcétera. Enseñamos a nuestras mentes y cuerpos a funcionar de acuerdo con un esquema determinado, hasta que se convierte en un hábito. ¿Qué pasa el día en que necesitamos salir por otra salida? Lo más probable es que pasemos de largo.
También en otras áreas de la vida existen esquemas emocionales o de conducta bien atrincherados. ¿Conoces a alguien que tenga la costumbre de enfadarse, frustrarse o dejarse agobiar? Tal vez haya llegado el momento de que aprendas a ser feliz, contento y agradecido. ¿Te parece difícil? Es tan fácil como romper juguetonamente un viejo esquema emocional y sustituirlo por otro, placentero.



Anthony Robbins
Pasos de Gigante

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