La conciencia que crea


Hasta hace alrededor de un siglo, la ciencia tenía su terreno donde todo le era claro. A través de la química, la biología y la física un científico puede predecir prácticamente cualquier suceso y describirlo sin rango de error, pero este estudio se limita siempre al mundo material. La religión entonces tomaba todo lo que quedaba fuera: Espiritualidad, sentido de la vida, supervivencia del alma a la muerte, etc.
En 1900 el físico Max Planck cambió este modelo para siempre. Tratando de resolver un problema de radiación, expuso una teoría que decía que la energía al igual que la materia está formada por pequeñas unidades llamadas "quantos" en vez de ser un continuo energético como de había pensado con anterioridad. El estudio de la física cuántica cambia todo nuestro entendimiento sobre los fundamentos básicos del universo conocido. Con ella, la ciencia ingresó sin proponérselo a este campo que tradicionalmente había sido terreno religioso llamado "mundo espiritual".



En primer lugar la física cuántica ha demostrado en sus intentos por comprender las leyes que rigen el mundo de las partículas subatómicas, que el observador de la materia, es decir la conciencia, altera el mundo subatómico cuando éste es observado. Esto nos ha llevado a muchísimas conclusiones científicas, morales y espirituales. En otras palabras, la física cuántica ha demostrado que somos co-creadores del universo junto con Dios, que si vemos un árbol en vez de un cúmulo de moléculas en acción es porque la conciencia humana concede a la realidad estas características particulares.
Y ahora si, cuando recordamos ese antiguo Coan Zen que nos pregunta "Si un árbol cae en el bosque y no hay nadie presente, ¿éste hace ruido?" desde el punto de vista de la física newtoniana la respuesta era "sí, por supuesto que hace ruido, porque el sonido son ondas que se generan como resultado del choque de la materia con la materia", pero desde el punto de vista quántico la respuesta es otra. El árbol no hace ruido a menos que una conciencia lo configure de esta manera, en ausencia de una conciencia las partículas que componen el árbol así como las partículas con las que choca simplemente reaccionan de maneras impredecibles y no generan sonidos porque las partículas subatómicas no son ni partículas ni ondas. Son ambas cosas al mismo tiempo.
A la luz de estos descubrimientos ciertas cosas que tradicionalmente han sido clasificadas como espirituales toman un sentido más bien científico. La plegaria, la afirmación metafísica, la meditación y la visualización creativa son funciones elevadas de la conciencia humana, y estas funciones interactúan con la realidad de manera específica en el mundo quántico que es la matriz del mundo material, ya que es aquí donde la energía se convierte en materia.



Cuauhtli Arau
Revista Natural

La costumbre mata


La costumbre es la más infame de las enfermedades porque te hace aceptar cualquier desgracia, cualquier dolor, cualquier muerte. Por costumbre se vive junto a personas odiosas, se aprende a llevar cadenas, a padecer injusticias y a sufrir. Se resigna uno al dolor, a la soledad, a todo.

La costumbre es el más despiadado de los venenos porque penetra en nosotros lenta y silenciosamente, y crece poco a poco, nutriéndose de nuestra inconsciencia. Cuando descubrimos que la tenemos encima, cada una de nuestras fibras está adaptada, cada gesto se ha acondicionado y ya no existe medicina que puede curarla.


"Un hombre"
Oriana Fallaci






Nota personal: Yo le agregaría que la costumbre nos hace sentir normal las injusticias, atropellos, etc. Ya nuestra sociedad tolera sin pestañar el avasallamiento sobre sus semejantes por parte de las personas con poder, sobre los ecosistemas que nos pertenecen a todos y un largo etcétera... NO NOS ACOSTUMBREMOS...


Luis Tuninetti

La sustancia esencial del universo




Según los teóricos del campo de los "cuanta", -todas las cosas materiales, sean automóviles, cuerpos humanos o billetes-, están hechas de átomos. Estos, a su vez, están compuestos de partículas subatómicas que son fluctuaciones de energía e información, en un inmenso vacío de energía e información.
Siempre exploré minuciosamente el carácter de la realidad cuántica. Sin entrar en detalles, la conclusión básica de los teóricos de los campos cuánticos es que la materia prima del mundo es inmaterial; la sustancia esencial del universo es antimateria. Toda nuestra tecnología se basa en ese hecho , y es la ruina suprema de la superstición materialista de la actualidad.
Las máquinas de fax, las computadoras, las radios, la televisión, son posibles porque los científicos ya no creen que el átomo, unidad básica de la materia, sea una entidad, sólida. El átomo no es en absoluto una entidad sólida: es una jerarquía de estados de información y energía en el vacío de todos los posibles estados de información y energía.
La diferencia entre un objeto material y otro objeto material , por ejemplo entre un átomo de plomo y uno de oro, no se encuentra en el nivel material. Las partículas subatómicas, protones, electrones, quarks y bosones que componen tanto el átomo de oro como el de plomo son exactamente las mismas. Más aún, aunque las llamamos partículas, no son objetos materiales sino impulsos de energía e información. Lo que diferencia el oro del plomo es la disposición y la cantidad de esos impulsos.
Toda creación material está estructurada sobre la base de información y energía. En esencia, todo suceso cuántico es una fluctuación de energía e información. Y esos impulsos de energía y de información son la antimateria que constituye todo lo que consideramos sustancia o materia.
Por lo tanto, resulta claro que no sólo la sustancia esencial del universo no es materia, sino que es no materia pensante Pues, ¿qué otra cosa es un pensamiento, sino un impulso de energía e información?



Deepak Chopra
Camino de la abundancia

La clave de la Matriz Divina


En muchos sentidos, nuestra experiencia de la Matriz Divina podría compararse a los programas con los que trabaja un ordenador. En ambos casos las instrucciones deben utilizar un lenguaje que el sistema comprenda. Para el ordenador, ese lenguaje es un código numérico de ceros y unos. Para la conciencia se requiere de una clase de lenguaje diferente: uno que no use ni números ni alfabetos, ni siquiera palabras. Como ya somos parte de la conciencia, tiene perfecto sentido que ya tengamos todo lo que necesitamos para comunicarnos sin necesidad de un manual de instrucciones o de adiestramiento especial. Y lo hacemos.

Al parecer, el lenguaje de la conciencia es la experiencia universal de la emoción. Ya sabemos cómo amar, odiar, temer y perdonar. Al reconocer que esas experiencias son en realidad las instrucciones que programan la Matriz Divina , podemos aguzar nuestras destrezas para comprender mejor cómo llevar a nuestras vidas alegría, salud y paz.

De la misma manera que todo lo vivo se configura a partir de las cuatro bases químicas que generan nuestro ADN, el universo parece estar constituido en base a cuatro características de la Matriz Divina que hacen que las cosas funcionen como lo hacen. La clave para penetrar en el poder de la Matriz reside en nuestra habilidad para admitir los cuatro descubrimientos que son los hitos que enlazan nuestras vidas de una manera sin precedentes.



Descubrimiento 1: Hay un campo de energía que conecta todo lo que hay en la creación.

Descubrimiento 2: Dicho campo juega los papeles de recipiente, puente y espejo de las creencias que albergamos.

Descubrimiento 3: El campo está en todas partes (no está localizado) y es holográfico. Todas sus partes están conectadas con las demás. Y cada parte refleja al todo a una escala inferior.

Descubrimiento 4: Nos comunicamos con el campo a través del lenguaje de la emoción.

De nuestra habilidad depende reconocer y aplicar esas realidades que lo determinan todo, desde nuestra sanación hasta el éxito de nuestras relaciones y carreras.



Gregg Braden
La Matriz Divina

Una forma de ser perdedor


No tengo dudas de que hay muchas formas de ser un ganador, pero en realidad hay solo una forma de ser un perdedor, y esta es fracasar y no ver más allá del fracaso». Kyle Rote Jr (jugador de fútbol )
La forma en que una persona ve el fracaso y lo enfrenta, sea que tenga o no la capacidad para ver más allá y mantenerse triunfando, impacta cada aspecto de su vida. Pero esa capacidad parece difícil de adquirir. La mayoría no sabe por dónde empezar para lograrla. Cambiar su perspectiva del fracaso le ayudará a perseverar para finalmente alcanzar lo que desea. ¿Entonces, cómo va a juzgar el fracaso?

1. La gente cree que el fracaso se puede evitar, y no se puede

Todos fallamos y cometemos errores. Seguramente usted ha oído aquello de que «errar es humano, perdonar es divino» y que Alexander Pope escribió hace más de doscientos cincuenta años. Lo que él estaba haciendo era nada más que parafraseando un dicho que era muy común dos mil años antes durante el tiempo de los romanos. Hoy las cosas son muy parecidas a como eran en aquel tiempo. Si usted es un ser humano, va a cometer errores.
Es probable que esté familiarizado con la Ley de Murphy y el Principio de Pedro. Hace poco me encontré con algo que se ha dado en llamar Reglas para el ser humano. Creo que la lista describe bien el estado en que nos encontramos como personas:

Regla Nº 1: Usted tiene que aprender lecciones.
Regla Nº 2: No hay faltas, solo lecciones.
Regla Nº 3: Una lección se repite hasta que se aprende.
Regla Nº 4: Si no aprende las lecciones fáciles, se hacen más difíciles. (El dolor es una forma en que el universo consigue que se le preste atención.)
Regla Nº 5: Usted sabrá que ha aprendido una lección cuando sus acciones cambien.





John Maxwell
El lado positivo del fracaso

La mente de langosta


"La mente de langosta" nunca conquista nada. Si llueve se molestan, si sale el sol también, si los saludaron de mala gana se enojan, si los saludas amablemente, se fastidian. El tema es quejarse, encontrar un motivo para pensar que el mundo está en contra de ellos y que nadie es capaz de entenderlos.
Existen personas que lo primero que hacen es quejarse. La queja es un lamento, una demanda, un reproche, una desazón, un disgusto, un reclamo permanente que lo único que logra es alejarte de la mejor gente. ¿A quién le gusta estar cerca de personas que siempre están dispuestas a encontrarle "la quinta pata al gato?"
"Si tiene remedio, ¿por qué te quejas? Si no tiene remedio, ¿por qué te quejas?" (Proverbio oriental )



¿Tienes mente de langosta? Veamos:
. ¿Te quejas a menudo?
. ¿Tienes problemas con muchas personas?
. ¿Ves las cosas grandes como difíciles de lograr?

Si contestaste a una de estas preguntas con un "sí", es que tienes mente de langosta.
La queja sólo produce insatisfacción, siempre mostrará descontento, resentimiento, disgusto; refleja una emoción encapsulada que termina enfermando no sólo tus pensamientos, sino también tu cuerpo. Muchas personas hacen de la queja un hábito, una forma de vida, pensando que si se siguen quejando, el problema desaparecerá; creen que a través de la demanda continua el conflicto va a ser solucionado, o que quizás, otro ser humano bondadoso se apiadará de su situación y solucionará su problema.

Los quejosos son seres tóxicos para sí mismos y para los que están a su alrededor.



Bernardo Stamateas
Gente tóxica

Aflojando tensiones




En nuestra infancia cuando salíamos al patio de la escuela a la hora del recreo, después de haber estado unas horas quietos y esforzándonos en prestar atención a unas explicaciones más o menos abstrusas, nos poníamos espontáneamente a gritar, a saltar y a gesticular alborozados. Esta conducta era motivada por la descarga automática de la tensión acumulada en las horas de clase. A medida que hemos ido creciendo y madurando, la posibilidad de estas descargas naturales ha ido desapareciendo debido a que ha ido penetrando en nuestro Yo-idea la norma impuesta por la sociedad de que hemos de ser unas personas serias, formales, con actitudes siempre educadas y compuestas. Y esta norma, que es muy correcta en lo que se refiere a nuestra conducta social, la hemos trasladado también a nuestra conducta personal cuando estamos solos. Así pues, hemos bloqueado toda posibilidad de descarga espontánea y natural de la energía anormalmente reprimida y con ello la posibilidad de equilibrarnos, puesto que las inhibiciones obligadas en la vida diaria, en cambio, han ido en constante aumento desde el período de nuestra infancia hasta la actualidad.
Hemos de buscar el modo de poder eliminar la energía artificialmente retenida en nuestro interior mediante la apertura consciente y deliberada, durante unos minutos, de nuestro mecanismo automático de censura y represión.

Ejercitación: Bien percatado mentalmente de que se trata de prescindir totalmente por unos minutos de toda idea de autocrítica y de control, se coloca la persona de pie en una habitación en la que haya suficiente espacio libre, con los ojos cerrados. Procura entonces dejar de estar pendiente de sus ideas y pone su atención en lo que siente y en lo que le gustaría hacer y, sencillamente, lo hace, de modo parecido a cuando tiene ganas de bostezar o de desperezarse y, sin más, así lo hace. Hay que dejar libre curso a todo impulso de expresión que surja del interior, permaneciendo en todo momento bien despierto y consciente, pero sólo como espectador, sin que el pensamiento se mezcle en la acción. El ejercicio ha de durar como máximo 10 minutos.

Los impulsos interiores tenderán a expresarse siempre a través de la vía oral o motora: se tendrán ganas de hablar, gritar, cantar, reír, llorar, o bien de hacer muecas y movimientos más o menos extraños. No hay que preocuparse en absoluto de la forma en que los impulsos tiendan a salir, ni tampoco de buscarles explicación de ninguna clase. Los ojos han de mantenerse cerrados durante todo el ejercicio. Y esto es muy importante porque los impulsos y emociones tenderán así a descargarse en el vacío mediante simples movimientos o expresiones verbales, mientras que si los ojos estuvieran abiertos, además de provocar distracciones, los sentimientos se proyectarían hacia los objetos que se tuvieran delante.

La eficacia de este ejercicio tal como lo hemos descrito radica en el hecho de que al mismo tiempo que la energía sale por sí misma, de un modo natural, a través de los movimientos o exclamaciones, la mente consciente toma plena conciencia de cuanto se está haciendo, sintiéndose en todo momento protagonista consciente de todas las expresiones, esto es, la energía reprimida se convierte en experiencia activa de la persona. Gracias a este efecto, la conciencia del Yo-experiencia se modifica incorporándose aquella energía que hasta ahora estaba fuera de su alcance y, al mismo tiempo, disminuye la presión que sobre la mente ejercía el inconsciente.



Antonio Blay
La personalidad creadora

Percepción alerta




Estar atentos implica un estado extraordinario de la mente -estar atentos a cuanto les rodea, a los árboles, al pájaro que canta, al Sol que está detrás de ustedes; estar atentos a los rostros, a las sonrisas; estar atentos a la suciedad del camino, a la belleza de la tierra, a la palmera contra el cielo rojo del crepúsculo, a la onda sobre el agua-, simplemente estar atentos, sin preferencia alguna.

Escuchen a los pájaros, sin nombrarlos, no reconozcan la especie, sólo escuchen el sonido. Escuchen los movimientos del propio pensar, no los controlen, no los moldeen, no digan: "Esto es bueno, eso es malo". Simplemente, muévanse con ello. Eso es la percepción alerta, en la que no hay opción ni condena ni juicio ni comparación o interpretación; sólo observación pura. Eso hace que la mente sea altamente sensible. En el momento en que nombran, han retrocedido y la mente se embota, porque eso es lo que acostumbra hacer. En ese estado de percepción alerta hay atención, no control ni concentración. Hay atención.

O sea, escuchan a los pájaros, ven la puesta de sol, contemplan la quietud de los árboles, oyen pasar los automóviles, oyen a quien les habla; y están atentos al significado de las palabras, a sus propios pensamientos y sentimientos y al movimiento de esa atención.



J. Krshnamurti

Observa y no reacciones


La gente que encuentras regularmente, amigos, parientes, compañeros de trabajo que te molestan, gente que es particularmente incómoda de tratar, permíteles ser tus maestros. Cuando te vuelvan loco, úsalo como una prueba de tu compostura y fuerza. Da un paso atrás y observa; no reacciones. Poco a poco verás como, quizás, has dejado que otros ejercieran el poder sobre ti en el pasado porque sabían que podían pulsar en ti la tecla de reaccionar negativamente. Cuando no reaccionas eres libre; tendrás una percepción más clara de cómo manejarte mejor en situaciones personales difíciles. Tal vez lo que necesites es hacer horas de aeropuerto. Como digo en uno de mis libros, los aeropuertos son uno de los inventos más grandes del mundo moderno. Soy un gran creyente en los aeropuertos: no hay casi nada que no se pueda sanar con un poco de "aeropuerto".



Vuélvete un observador silencioso de la vida y un compasivo observador de ti mismo. No eres tus emociones o tu cuerpo, o tu personalidad y su ego. Eso es sólo una parte de lo que eres. De hecho eres una energía divina que está evolucionando, operando a través de las complejidades del cuerpo, mente y emociones, para comprenderse a sí mismo como un ángel espiritual, un espíritu eterno que está creciendo y aprendiendo, calmadamente, en la infinitud y corrientemente llamado "ser humano".



Stuart Wilde
33 Pasos para reclamar tu poder interior

Cambiar el patrón mental


Siempre que quieras cambiar un patrón de la mente que se ha convertido en un hábito duradero, la respiración es lo mejor. Todos los hábitos mentales están asociados con el patrón de respiración. Cambia el patrón de respiración y la mente cambiará inmediatamente, instantáneamente. ¡Inténtalo!
Siempre que observes que esté surgiendo en ti un juicio y que estés cayendo en un viejo hábito, exhala inmediatamente, como si estuvieras tirando el juicio con la exhalación. Exhala profundamente, jalando el estómago y, conforme sacas el aire, siente o visualiza cómo todo el juicio está siendo expelido.



Después inhala profundamente dos o tres veces. Simplemente ve qué pasa. Sentirás una frescura completa; el viejo hábito no habrá logrado tomar posesión. Comienza con la exhalación, no con la inhalación. Cuando quieras absorber algo, empieza con la inhalación; cuando quieras deshacerte de algo, comienza con la exhalación. Sólo mira la manera inmediata en que es afectada la mente. Inmediatamente verás que ésta se ha movido a otro lugar; ha llegado una nueva brisa. No te encuentras en la vieja rutina así que no repetirás el viejo hábito.



Osho
Tónico para el alma

Simplemente lo que ES


¿Por qué busca uno el placer y descarta el dolor? Porque uno piensa que el placer es más conveniente. El sufrimiento es doloroso. Usted quiere aferrarse a uno y evitar el otro. ¿Por qué? Evitar el dolor es un instinto natural. Si yo tengo un dolor de muelas, quiero evitarlo. Quiero dar un paseo que es placentero. El problema no radica en el placer y el dolor, sino en el eludir uno u otro.

La vida es ambas cosas, placer y dolor. La vida es tanto oscuridad como luz. En un día como éste hay nubes y brilla el sol; luego están el invierno y la primavera; son parte de la vida, parte de la existencia. ¿Pero por qué debemos evitar lo uno y aferramos a lo otro? ¿Por qué nos adherimos al placer y escapamos del dolor? ¿Por qué no vivir simplemente con ambos? En el momento que usted quiere eludir el dolor, el sufrimiento, comienza a inventar escapes, cita al Buddha, al Gita, Los Evangelios; va al cine o inventa creencias. El problema no se resuelve ni por el dolor ni por el placer. De modo que no se aferre al placer ni escape del dolor. ¿Qué sucede cuando se aferra al placer? Usted queda atado. Y si algo ocurre con la persona a la que está apegado, o con su propiedad, o con su opinión, usted está perdido. Entonces se supone que debe haber desapego.

No esté apegado ni desapegado; sólo mire los hechos, y cuando usted comprende los hechos, entonces no hay placer ni dolor; simplemente existe el hecho.




Krishnamurti y la educación

Resistencia al cambio


La mente humana es perezosa. Se autoperpetúa a si misma, es llevada de su parecer y con una alta propensión al auto-engaño. En cierto sentido» creamos el mundo y nos ence­rramos en él. Vivimos enfrascados en un diálogo interior in­terminable donde la realidad externa no siempre tiene entrada. Buda decía que la mente es como un chimpancé hambriento en una selva repleta de reflejos condicionados. Tu mente, al igual que la mía, es hiperactiva, inquieta, astuta, contradicto­ria. La mente no es un sistema de procesamiento de la información amigable, predecible y fácilmente controlable, como ocurre con muchos computadores; nuestro aparato psicológico tiene intencionalidad, motivos, emoción y expectativas de todo tipo. La mente es egocéntrica, busca sobrevivir a cualquier costo, incluso si el precio es mantenerse en la más absurda irraciona­lidad.



¿Por qué en determinadas situaciones continuamos defendiendo actitudes negativas y autodestructivas a pesar de la evidencia en contra? ¿Por qué permanecemos atados a la irracionalidad pudiendo salimos de ella? Anthony de Mello decía que los humanos actuamos, como si viviéramos en una piscina llena de mierda hasta el cuello y nuestra preocupación principal se redujera a que nadie levantara olas. Nos resignamos a vivir así, limitados, atra­pados, infelices y relativamente satisfechos, porque al menos mantenemos los excrementos en un nivel aceptable. Confor­mismo puro. La revolución psicológica verdadera sería salirnos de la piscina, pero algo nos lo impide, como si estuviéra­mos anclados en un banco de arena movediza que nos chupa, lentamente. El pensamiento que nos prohibe ser atrevidos y explorar el mundo con libertad está enquistado en nuestra base de datos:"Mas vale malo conocido que bueno por conocer".

La mayoría de las personas mostramos una alta resistencia al cambio. Preferimos lo conocido a lo desconocido, puesto que lo nuevo suele generar incomodidad y estrés. Cambiar implica pasar de un estado a otro, lo cual hace que inevitablemente el sistema se desorganice para volver a organizarse lue­go asumiendo otra estructura.Todo cambio es incómodo, como cuando queremos reemplazar unos zapatos viejos por unos nuevos.Teilhard de Chardin consideraba que todo crecimiento está vinculado a un grado de sufrimiento. El cambio requiere que desechemos durante un tiempo las señales de seguridad de los antiguos esquemas que nos han acompañado durante años, para adoptar otros comportamientos con los que no es­tamos tan familiarizados ni nos generan tanta confianza. Cre­cer duele y asusta.



Walter Risso
Pensar bien, sentirse bien

Doble potencialidad




La mente humana tiene una doble potencialidad. En ella habita el bien y el mal, la locura y la cordura, la compa­sión y la impiedad. No es un dechado de virtudes a la hora de procesar la información. Tal como sostenía Buda, ella es la responsable princi­pal de nuestro sufrimiento. El conflicto es claro: no podemos destruirla ni prescindir de ella radicalmente, pero tampoco podemos aceptar la locura y la irracionalidad sin más. La com­plejidad de la mente no justifica resignarnos a una vida de insatisfacciones, miedos e inseguridades.

¿Qué hacer entonces? Conseguir que la mente se mire a sí misma, sin tapujos ni autoengaños, para que descubra lo ab­surdo, lo inútil y/o lo peligroso de su manera de funcionar; que se sorprenda de su propia estupidez. Para cambiar, la mente debe hacer tres cosas:

(a) dejar de mentirse a sí misma (realismo),
(b) aprender a perder (humildad) y
(c) aprender a discriminar cuán­do se justifica actuar y cuándo no (sabiduría).

Realismo, humildad y sabiduría, los tres pilares de la revolución psicológica.

¿Es posible cambiar la mente? Mi respuesta es un contun­dente sí. Podemos revertir el proceso de irracionalidad que comenzó hace cientos o miles de años.Tenemos la capacidad de hacerlo. Basta ver las "mutaciones mentales*' que ocurren en un sinnúmero de personas que han logrado sobrevivir a situaciones límites. Tenemos el don de la razón, de la reflexión autodirigida, de la auto observación, de pensar sobre lo que: pensamos. Somos capaces de darnos cuenta de los errores y desapren­der lo que aprendimos.

Habrá ocasio­nes en las cuales pensamos mal porque nos sentimos mal y otras en las que nos sentimos mal porque pensamos mal El énfasis depen­derá del caso. Si sufres de un síndrome premenstrual, pensarás mal porque te sientes mal (es posible que te invada el pesimismo o que empieces a ver a tu marido como el peor de los idiotas). pero si padeces de un trastorno obsesivo compulsivo, es muy probable que pensar mal hará que te sientas mal. No se trata de negar el pensamiento, sino de aprenderlo a usar, de ponerlo en su lugar y potenciar sus posibilidades.

Puedes liberarte de las trampas de la mente y crear un nuevo mundo de racionalidad, donde la emoción esté inclui­da. Un pensamiento razonable y razonado que te lleve a crear un ambiente motivador donde vivas mejor y en paz contigo mismo.



Walter Riso
Pensar bien, sentirse bien

El artificio del pensamiento


Creemos que el tiempo existe. Usamos relojes para medirlo. Pregúntenle a un físico y le dirá que no hay ningún experimento que pruebe la existencia del tiempo. Sir Thomas Gold, el eminente físico británico, dice que la descripción del mundo como tiempo lineal con pasado, presente y futuro, es una descripción totalmente inexacta del mundo físico que simplemente ES. En realidad, nosotros creamos el tiempo por medio de nuestra imaginación.

¿Cuándo ha experimentado el pasado fuera de su imaginación? ¿Cuándo ha experimentado el futuro, sino en su imaginación? El hecho real, es que ese mismo campo unificado es una continuidad de posibilidades infinitas que contiene lo pasado, lo presente y lo futuro como una continuidad de posibilidades infinitas, obtenidas en un eterno momento de ahora. Sólo existe la eternidad, pero la dividimos, mediante fragmentos de percepción en una experiencia de tiempo lineal. El tiempo no existe como algo absoluto. Es otro artificio del pensamiento. Nosotros creamos el tiempo, mediante el movimiento del pensamiento. Si uno dice que, necesariamente debe existir el tiempo, entonces comienza a hablar en términos de comienzos y finales. Pero entonces, se vuelve muy vulnerable porque ¿qué hubo antes del comienzo? ¿Qué hay después del fin? Estas son sólo armazones conceptuales. Steven Hawkins, el renombrado físico, dice que el Universo no tiene bordes en el espacio y que no tiene ni comienzo, ni fin en el tiempo. Así, es como comienza su libro. Y hoy, todos lo sabemos. Cuando creamos el tiempo, estructuramos una experiencia perceptual del mismo. Y luego, creamos una determinada realidad del tiempo. En última instancia, el tiempo es un diálogo interno; eso es lo que es.



Las personas que dicen que se les acaba el tiempo ven el mismo reloj que vemos ustedes y yo, pero éste se mueve más rápidamente para ellos. Estudien a esa persona, biológicamente hablando, y encontrarán que su reloj biológico también está acelerado: el ritmo del corazón es más acelerado, la presión sanguínea es más alta, los niveles de insulina y glucosa son más altos, etc. Generalmente, mueren a los cuarenta o cincuenta y pico, debido a afecciones coronarias. Entonces, sí se les acabó el tiempo. Ellos convierten su frecuencia interior de auto - interacción que dice que se les está acabando el tiempo con la experiencia física del tiempo, acabándose. Otros aparentan tener todo el tiempo del mundo. Estos tienen una biología completamente diferente. A veces se experimenta la belleza de la montaña como que "corta el aliento, que el tiempo se detiene". Esa expresión, en sí misma, es una clave de lo que es la naturaleza: la belleza de la montaña corta el aliento, porque el tiempo también se detiene.



Deepak Chopra
Curación Cuántica

Ilusiones y deseos


Hay un malentendido inmediato con el que todo Ego se defiende cuando escucha describir a las ilusiones y a los deseos como las causantes de todo sufrimiento. Esta reacción irreflexiva e ignorante se justifica afirmando rotundamente que sin ilusión, sin interés, sin apasionamiento, nos paralizamos y nos convertimos en piedras, en zombis.

La precipitación defensiva no nos permite comprender que lo que se propone es, simplemente, no ser dominados por las ilusiones, los deseos, las pasiones porque en tal caso no somos nosotros mismos, sino esclavos y robots dirigidos por el placer, el gusto, el beneficio, etc. El "sino", sino natural (no condicionado, no manipulado) del Hombre es formar parte de la Naturaleza como especie humana que es, con su Propia Naturaleza, su auténtico rostro (sin máscara), original.



La Luciérnaga Ciega
Colección Daidoji
Templo del Gran Camino

La intención de DAR


Toda relación es una relación de dar y recibir. El dar engendra el recibir, y el recibir engendra el dar. Lo que sube debe bajar; lo que se va debe volver. En realidad, recibir es lo mismo que dar, porque dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo. Y si detenemos el flujo de alguno de los dos, obstaculizamos la inteligencia de la naturaleza.



En toda semilla está la promesa de miles de bosques. Pero la semilla no debe ser acaparada; ella debe dar su inteligencia al suelo fértil. A través de su acción de dar, su energía invisible fluye para convertirse en una manifestación material. Cuanto más demos más recibiremos, porque mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida. En realidad, todo lo que tiene valor en la vida se multiplica únicamente cuando es dado. Lo que no se multiplica a través del dar, ni vale la pena darse, ni vale la pena recibirse. Si al dar sentimos que hemos perdido algo, el regalo no ha sido dado en realidad, y entonces no generará abundancia. Cuando damos a regañadientes, no hay energía detrás de nuestro acto de dar.

Al dar y al recibir, lo más importante es la intención. La intención debe ser siempre crear felicidad para quien da y para quien recibe, porque la felicidad sostiene y sustenta la vida y, por tanto, genera abundancia. La retribución es directamente proporcional a lo que se da, cuando el acto es incondicional y sale del corazón. Por eso el acto de dar debe ser alegre -la actitud mental debe ser tal que se sienta alegría en el acto mismo de dar. De esa manera, la energía que hay en el acto de dar aumenta muchas veces más.



Deepak Chopra
Las siete leyes espirituales del éxito

Descansa la mente




Cuando sientas demasiada perturbación alrededor o que tu mente está demasiado distraída, simplemente canta "Aum". Toma la costumbre de al menos veinte minutos por la mañana y veinte minutos por la noche de sentarte en silencio en una postura cómoda y, con los ojos semiabiertos, simplemente mira hacia abajo. La respiración debe ser lenta y el cuerpo no debe moverse. Empieza a cantar "aum" en tu interior; no hay necesidad de decirlo en voz alta. Será más penetrante con los labios cerrados; ni siquiera la lengua debe moverse. Repite "aum" rápidamente: "aum, aum, aum". rápida y fuertemente pero dentro de ti. Sólo siente que está vibrando por todo el cuerpo: de los pies a la cabeza, de la cabeza a los pies.

Cada "Aum" cae en tu consciencia como una roca echada a un pozo. Surgen pequeñas olas y se distribuyen por todos lados. Las olas continúan expandiéndose y tocan todo el cuerpo. Al hacer esto habrá momentos, (y serán los momentos más hermosos), en los que no estarás repitiendo nada y todo se habrá detenido. De repente te darás cuenta de que no estás cantando y que todo se ha detenido. Disfrútalo. Si empiezan a llegar pensamientos comienza nuevamente a cantar.

Cuando lo hagas de noche, hazlo al menos dos horas antes de acostarte. Si en cambio lo haces justo antes de ir a la cama no podrás dormirte porque te habrá refrescado de tal manera que no tendrás sueño. Sentirás como si fuera de mañana y hubieras descansado bien, así que no tendrá sentido dormir. Puedes hacerlo rápido, o bien encontrar tu propio paso. Después de dos o tres días encontrarás el ritmo que se acomode a ti. A algunas personas les acomoda hacerlo muy rápido, "aum, aum, aum", casi solapándose. A otros les acomoda hacerlo muy despacio. Depende de ti. Hazlo de la manera que más te acomode.


Osho
Tónico para el alma

Fuerzas positivas y negativas


La Cábala considera que cada ser humano está en equilibrio entre dos poderosas fuerzas. Una fuerza positiva nos empuja hacia la transformación de nuestra naturaleza y la realización última, mientras que una negativa nos invita a realizar acciones egoístas, a buscar la gratificación inmediata y el placer transitorio. Ambas fuerzas actúan sobre nosotros con la misma intensidad todo el tiempo. El significado de la fuerza positiva es evidente, pero la fuerza negativa es indispensable para el desarrollo espiritual.
Gracias a la fuerza negativa tenemos la oportunidad de elegir la dirección de nuestras vidas a cada momento. Recuerda: la elección hace posible que ganemos la beneficencia del Creador. Sin ella, la realización verdadera es imposible. Así­ como individualmente enfrentamos esta dos fuerzas, la humanidad también está entre ellas. «Estamos todos juntos en esto». La Cábala enseña que cuando un ser humano elige la dirección positiva, el mundo entero también se mueve hacia la Luz. A nivel práctico, nuestros actos positivos permiten que los demás actúen como consecuencia de nuestra elección. De igual modo, cuando nos inclinamos hacia el egoí­smo y el interés personal, el mundo tiende a la negatividad. Cada uno de nosotros influye en la suerte de los demás. Nuestras acciones positivas o negativas, no importa su magnitud, afectan al estado espiritual del mundo . Esto nos lleva a un principio cabalístico básico: «Lo externo despierta lo interno».
Resistirnos a la naturaleza egoí­sta en la vida cotidiana es un acto externo que despierta nuestro potencial interno, y el de los demás. La meta de la transformación, para nosotros y para el mundo, consiste en ser diferentes. Un buen comienzo es que empecemos a comportarnos distinto en lo individual.





Michael Berg
El camino de la Cábala


Eso es lo que eres


Lo que llamamos espíritu o consciencia pura es el campo de infinitas posibilidades. Lo que llamamos mente es la amplitud de probabilidades. Y lo que llamamos el cuerpo, es simplemente una partícula congelada en el momento de la atención. Pero, nos confundimos con la partícula congelada en el momento de la atención y de ahí el temor de la mortalidad y todos los problemas de la vida. Ese momento congelado de atención, ese cuerpo físico, no es más que una mascarada. Porque, debajo de ese momento congelado de atención, está la amplitud de probalidades y después de eso, está el campo de posibilidades infinitas que es lo que nosotros realmente somos. Eso es la consciencia.



Dice la literatura Ayurvédica: "Eso es lo que eres". Esta expresión que aparece en la literatura Ayurvédica es equivalente a: "Conócete a tí mismo, como el campo y el conocedor del campo" (Bhagavad Gîta, cap. 13). "Y cuando tengas ese conocimiento vivencial, te darás cuenta de que tu verdadera condición como campo es inmortal". Otra descripción hermosa es: "El agua no lo puede mojar, el fuego no lo puede quemar, las armas no lo pueden partir; no tiene ni comienzo, ni fin; y, es muy antiguo...eso es quién eres. Entonces, ve y encuéntrate allí, y ya no tendrás más problemas"

Creo que los biólogos, los físicos y la gente de campos espirituales, coinciden actualmente sobre esto. Por lo menos, los biólogos más actualizados, algunos de instituciones de mucho prestigio, hablan de la consciencia y de cómo trasciende la experiencia material, de cómo la consciencia no puede ser destruída. Esta sobrevive a la muerte física. Y, en realidad, esa es la fuente de toda creación. Todo el universo es este único campo unificado de consciencia. Interactúa consigo mismo. Crea no sólo el cuerpo físico, sino también el Universo físico.


Deepak Chopra
Curación cuántica

Más allá del pensamiento



La mayoría de la gente se pasa la vida aprisionada en los confines de sus propios pensamientos. Nunca van más allá de un sentido de identidad estrecho y personalizado, fabricado por la mente y condicionado por el pasado.
En tí, como en cada ser humano, hay una dimensión de conciencia mucho más profunda que el pensamiento. Es la esencia misma de tu ser. Podemos llamarla presencia, alerta, conciencia incondicionada. En las antiguas enseñanzas, es el Cristo interno, o tu naturaleza de Buda. Hallar esa dimensión te libera, y libera al mundo del sufrimiento que te causas a tí mismo y a los demás cuando sólo conoces el «pequeño yo» fabricado por la mente, que es quien dirige tu vida. El amor, la alegría, la expansión creativa y una paz interna duradera sólo pueden entrar en tu vida a través de esa dimensión de conciencia incondicionada.



Si puedes reconocer, aunque sea de vez en cuando, que los pensamientos que pasan por tu mente son simples pensamientos, sí puedes ser testigo de tus hábitos mentales y emocionales reactivos cuando se producen, entonces esa dimensión ya está emergiendo en tí como la conciencia en la que ocurren los pensamientos y emociones: el espacio interno intemporal donde se despliegan los contenidos de tu vida.
La corriente de pensamientos tiene una enorme inercia que puede arrastrarte fácilmente. Cada pensamiento pretende tener una gran importancia. Quiere captar toda tu atención.
He aquí un ejercicio espiritual que puedes practicar: no te tomes tus pensamientos demasiado en serio.



Eckhart Tolle
El silencio habla

La Lógica




Cuando nadie nos limita, las posibilidades pueden ser infinitas.
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La Tierra no pertenece al hombre


Sabemos al menos una cosa. La Tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la Tierra. Sabemos esto.Todas las cosas están ligadas como la sangre que une a una familia. Todas las cosas están entrelazadas.Todo lo que le suceda a la tierra le sucederá a los hijos de la Tierra.



El hombre no es quién tejió la trama de la vida; es sólo un hilo en ella.Todo lo que le hace a la trama se lo hace a él mismo.


Jefe Seattle

No te adaptes


En nuestra sociedad parece existir el temor generalizado a volar demasiado cerca del sol, a conseguir demasiado y luego perderlo; a llegar a ser demasiado feliz y hundirse luego. Esto contagia no sólo a los individuos sino a toda la especie. Cuando consideramos la capacidad de los seres humanos para vivir en paz, en armonía, productivamente con alegría incluso, y consideramos luego el mundo tal cual es, la comparación resulta patética. ¿Y por qué ha llegado la especie humana a esta situación? Por la única y sola razón de que los individuos han permanecido ciegos a la infinitud de su propia capacidad, y han perdido el tiempo procurando convertirse en individuos "medios", en adaptarse a lo que "tradicionalmente" se espera de ellos, ajustarse a las estructuras sociales que perpetúan la miseria que es hoy la mayor parte del mundo en que vivimos.




¿Quién es este ser humano que en los últimos milenios ha salido de las cuevas y creado teorías de la relatividad, ha dado nombre al cielo, en primer término, ha escudriñado el universo y ha demostrado incluso que ninguna máquina diseñada de acuerdo con cualquier sistema lógico, ninguna computadora creada por el hombre, puede siquiera compararse con la capacidad matemática del pensamiento humano?
La próxima vez que contemples el cielo con asombro y desconcierto, recuerda que albergas dentro de tí mismo misterios mucho más grandes. La diferencia es que el cielo no puede pensar sobre sí mismo, no puede elegir lo que será.


Wayne Dyer
El cielo es el límite

Los 7 principios metafísicos (o leyes)


"El cambio fundamental ocurrirá cuando el Pensador... cambie de mentalidad".

Los 7 Principios fueron escritos por Hermes Trismegisto en el antiguo Egipto. Hermes es considerado el Padre de la Sabiduría, fundador de la Astrología y descubridor de la Alquimia. Toda su enseñanza se mantuvo guardada en forma secreta para la gente y sólo fue revelada a unos pocos escogidos en aquel entonces. De allí viene el concepto de "herméticamente" guardado.
Originalmente, toda la información se transmitió de boca en boca, sin material escrito. Luego se inició la recopilación de estas enseñanzas en un conjunto de axiomas y máximas, en el libro llamado El Kybalión, escrito por tres iniciados. Muchas de las enseñanzas metafísicas también se han difundido bajo la autoría del Conde de Saint Germain, quien según aseguran los estudiosos del tema, fue una de las reencarnaciones del Maestro Hermes.
Los estudiantes y maestros herméticos modernos consideran a la Alquimia como un "arte de transmutación mental", por el cual se reemplazan pensamientos de baja naturaleza por otros más elevados. Ellos sostienen que la llamada "piedra filosofal", capaz de transmutar metales en oro, era sólo un símbolo que los antiguos tomaban para representar la transformación del hombre de "plomo" en hombre de oro". El conocimiento de las Leyes del Universo nos da la oportunidad de transformarnos a nosotros mismos y a la material que nos rodea.

Dice textualmente El Kybalión: "Los principios de la verdad" son siete:

El principio de Mentalismo
"El todo es mente, el universo es mental."

El principio de Correspondencia
"Como arriba es abajo, como abajo es arriba."

El principio de Vibración
"Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra."

El principio de Polaridad
"Todo es doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semi-verdades; todas las paradojas pueden reconciliarse."

El principio del Ritmo
"Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve, como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación."

El principio de Causa y Efecto
"Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley.

El principio de Generación
"La generación existe por doquier; todo tiene sus principios masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos."

El que comprende esto perfectamente posee la "clave mágica ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par".
El conocimiento y la puesta en práctica de los siete principios permiten al estudiante volverse un "mago" que, conociendo la "clave mágica", podrá ingresar en otra dimensión de vida.



Ética laica


El crecimiento espiritual no tiene por qué estar basado en la fe religiosa. Hablemos de la ética laica.
Creo que los métodos que sirven para acrecentar el altruismo, la solidaridad con los demás y el convencimiento de que nuestras necesidades individuales son menos importantes que las del prójimo son comunes a la mayoría de las religiones. Aunque pueden diferir en los puntos de vista filosóficos y en los ritos tradicionales, el mensaje esencial de todas las religiones es bastante parecido. Todas abogan por el amor, la compasión y el perdón, valores humanos básicos cuyas virtudes son apreciadas incluso por aquellos que no se definen como creyentes.



Puesto que nuestra existencia y bienestar son el resultado de la cooperación y las aportaciones de otros muchos, debemos desarrollar una actitud adecuada para relacionarnos con ellos. A menudo tendemos a olvidar este hecho básico: actualmente, en nuestra moderna economía global, los límites nacionales son irrelevantes. No solo los países dependen unos de otros, sino también los continentes. Nuestra interdependencia es cada vez mayor. Cuando examinamos con atención los múltiples problemas a los que se enfrenta la humanidad hoy, podemos ver que somos nosotros quienes los hemos creado. No hablo de los desastres naturales, sino de todos los conflictos, derramamientos de sangre y problemas surgidos del nacionalismo y de las barreras que el hombre ha levantado a lo largo de la historia.

Si viéramos el mundo desde el espacio, no advertiríamos en él líneas marcando el contorno de cada país y separándolo de los demás. Tendríamos ante los ojos simplemente un pequeño planeta azul. Una vez trazada la línea sobre la arena empezamos a pensar en términos de «nosotros» y «ellos». A medida que crece este sentimiento, resulta más duro distinguir la realidad de la situación. En muchos países africanos, y recientemente también en algunos países del este de Europa, como en la antigua Yugoslavia, existe ese nacionalismo estrecho de miras.

En cierto sentido, el concepto de «nosotros» y «ellos» casi ha dejado de ser relevante, ya que los intereses de nuestros vecinos son también los propios. Preocuparse por los intereses de los vecinos es en esencia preocuparse por nuestro futuro. Hoy la realidad es simple. Si hacemos daño al enemigo, nos herimos a nosotros mismos.



Dalai Lama - El arte de la compasión

Hermano Sol, Hermana Luna

CÁNTICO DEL HERMANO SOL o ALABANZAS DE LAS CRIATURAS



Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.

A ti solo, Altísimo, corresponden,
y ningún hombre es digno de hacer de ti mención
.
Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente el señor hermano sol,
el cual es día, y por el cual nos alumbras.
Y él es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.

Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las has formado luminosas y preciosas y bellas.

Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.

Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.

Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche,
y él es bello y alegre y robusto y fuerte.

Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna,
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.

Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
y soportan enfermedad y tribulación.

Bienaventurados aquellos que las soporten en paz,
porque por ti, Altísimo, coronados serán.

Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.

¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!:
bienaventurados aquellos a quienes encuentre en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal.

Load y bendecid a mi Señor,
y dadle gracias y servidle con gran humildad.


San Francisco de Asís

El experimento de la esperanza


El profesor Rudolf Bilz bautizó así un experimento con ratas de campo recién capturadas. Si uno de estos animales es arrojado a un barreño lleno de agua, cuyas paredes lisas no le permiten salir, a los quince minutos de nadar y agotarse, en pleno desconcierto, la rata muere a causa del stress.
En circunstancias normales, este tipo de ratas pueden nadar hasta 80 horas sin parar antes de ahogarse. De hecho, la causa de la muerte de las ratas antes mencionadas no es el esfuerzo físico, sino solamente el miedo mortal ante una situación sin salida.




Al otro día se hizo otro experimento con otra rata del mismo tipo. Ahora, después de dejar a la rata en el agua por cinco minutos, se le lanzó una tablilla por la que pudo trepar, alcanzando un blando nido. Si se lanza a esa misma rata poco después, sin la tablilla salvadora, el animal no muere de stress. Aguanta nadando en el recipiente ochenta horas, como un campeón de resistencia, hasta su total agotamiento, animada por la esperanza de que en algún momento se le vuelva a arrojar la tablilla salvadora.


Nuestro apego al pensamiento




Un pensamiento resulta inofensivo a menos que nos lo creamos. No son nuestros pensamientos, sino nuestro apego a ellos, lo que origina nuestro sufrimiento. Apegarse a un pensamiento significa creer que es verdad sin indagar en él. Una creencia es un pensamiento al que hemos estado apegados, a menudo durante años. La mayoría de la gente cree que «es» lo que sus pensamientos dicen que es. Un día advertí que no estaba respirando: me estaban respirando. Entonces también advertí, con gran sorpresa, que no estaba pensando: que, en realidad, estaba siendo pensada y que pensar no es personal. ¿Te despiertas por la mañana y te dices: «Creo que hoy no voy a pensar»? Es demasiado tarde: ¡ya estás pensando! Los pensamientos sencillamente aparecen.
Provienen de la nada y vuelven a la nada, como nubes que se mueven a través de un cielo vacío. Están de paso, no han venido para quedarse. No son perjudiciales hasta que nos apegamos a ellos como si fueran verdad. Nadie ha sido capaz, jamás, de controlar su pensamiento, aunque la gente cuente la historia de cómo lo ha conseguido. No dejo que mis pensamientos se marchen: me enfrento a ellos con comprensión. Son ellos los que me dejan marcharme a mí.
Los pensamientos son como la brisa o las hojas en los árboles o las gotas de lluvia que caen. Aparecen del mismo modo, y a través de la indagación, podemos entablar amistad con ellos. ¿Discutirías con una gota de lluvia? Las gotas de lluvia no son personales, como tampoco lo son los pensamientos. Una vez que te has enfrentado a un concepto doloroso con comprensión, la próxima vez que aparezca quizá te resulte interesante. Lo que solía ser una pesadilla ahora es sólo algo interesante. La siguiente vez que aparezca, tal vez te resulte divertido. Y la siguiente vez, quizá ni siquiera lo adviertas. Este es el poder de amar lo que es.



Katie Byron
Amar lo que Es


Resistencia de la mente al Presente


La mayor parte del sufrimiento humano es innecesario. Es creado por uno mismo mientras la mente no observada maneje nuestra vida.
El dolor que usted crea ahora es siempre una forma de no aceptación, una forma de resistencia inconsciente a lo que es. En el nivel del pensamiento, la resistencia es una forma de juicio. En el nivel emocional, es una forma de negatividad. La intensidad del sufrimiento depende del grado de resistencia al momento presente, y esta a su vez depende de la fuerza de su identificación con la mente. La mente siempre busca negar el Ahora y escapar de él. En otras palabras, cuanto más identificado esté usted con su mente, más sufre. 0 puede ponerlo en estos términos: cuanto más capaz sea de honrar y aceptar el Ahora, más libre estará del dolor, del sufrimiento y de la mente egótica.



¿Por qué habitualmente se niega o se resiste la mente al Ahora? Porque no puede funcionar y permanecer en control sin el tiempo, que es pasado y futuro, así que percibe el Ahora intemporal como una amenaza. El tiempo y la mente son de hecho inseparables. Imagínese la Tierra sin vida humana, habitada sólo por plantas y animales. ¿Tendría todavía un pasado y un futuro? ¿Podríamos todavía hablar del tiempo de forma significativa? La pregunta "¿Qué hora es?" o "¿Qué día es hoy?" - si hubiera alguien para hacerla - no tendría ningún sentido. El roble o el águila quedarían perplejos ante tal pregunta. "¿Qué hora?" responderían. "Bueno, es ahora, por supuesto. ¿Qué más?"
Sí, necesitamos la mente, así como el tiempo, para funcionar en este mundo, pero llega un momento en el que se apoderan de nuestra vida y ahí es donde se establecen la disfunción, el dolor y la tristeza.



Eckhart Tolle
El poder del ahora

La raíz del árbol ilusorio




Todos los pensamientos que aparecen en el corazón tienen como su base la egoidad, que es el primer modo mental «yo», la cognición de la forma «yo soy el cuerpo»; así pues, el surgimiento de la egoidad es la causa y la fuente del surgimiento de todos los demás pensamientos; por consiguiente, si se destruye el auto-orgullo en la forma de la egoidad, que es la raíz del árbol ilusorio del samsara (esclavitud que consiste en la transmigración), todos los demás pensamientos perecerán completamente como un árbol arrancado. Surjan los pensamientos que surjan como obstáculos a la sadhana (disciplina espiritual) de uno, no debe permitirse que la mente vaya en su dirección, sino que debe hacerse que permanezca en el propio sí mismo de uno, que es el Atman; uno debe permanecer como presenciador de todo lo que acontece, adoptando la actitud: «¡Cualesquiera cosas extrañas que acontezcan, qué acontezcan; veamos!»

Ésta debe ser la práctica de uno. En otras palabras, uno no debe identificarse con las apariencias; uno no debe abandonar el propio sí mismo de uno. Éste es el medio adecuado para la destrucción de la mente (manonasa), que es de la naturaleza de ver el cuerpo como el sí mismo, y que es la causa de todos los obstáculos ya mencionados. Este método, que destruye fácilmente la egoidad, merece ser llamado devoción (bhakti), meditación (dhyana), concentración (yoga) y conocimiento (jnana).

Debido a que Dios permanece de la naturaleza del Sí mismo, brillando como «yo» en el corazón, y debido a que las escrituras declaran que el pensamiento mismo es esclavitud, debido a esto, la mejor disciplina es permanecer quiescente sin olvidar-Le nunca a Él (Dios, el Sí mismo), después de disolver en Él la mente, que es de la forma del pensamiento «yo», sin importar a través de qué medios. Ésta es la enseñanza concluyente de las escrituras.



Sri Rama Maharshi
La autoindagación