El valor pedagógico del error

El error es una herramienta de evaluación, no algo malo. ¿Ustedes conocen alguna persona, que cuando se levanta en la mañana, se dice a sí misma: "Hoy, me propongo cometer los siguientes errores", y hace una lista?. Yo no la conozco y no sé si alguno de ustedes la conoce... o ¿ustedes hacen eso? Es evidente que no. Sin embargo, al final de un día de nuestras vidas, podríamos decir: "Oiga, mire cuántos errores cometí en el día de hoy". ¡Eso sí lo conozco! Eso significa, que la totalidad de los errores que cometemos los seres humanos, son involuntarios. Nadie tiene la intención de cometer un error. Eso no existe. Evidentemente, los cometemos y nos falta cometer más. No se vayan a asustar... nos falta cometer muchos errores.

Un maestro de sabiduría.... ¿quién es?, dentro de estas dos opciones:

1. Alguien que nunca comete errores
2. Alguien que ya cometió todos los errores

El maestro de sabiduría es alguien que ya cometió todos los errores posibles... ¿Y qué hizo? Aprendió de ellos y por eso ahora el maestro no comete errores. Pero, él no llegó a esa situación por casualidad, por buena suerte... Llegó a través de los errores mismos. Eso es lo que se llama EL VALOR PEDAGÓGICO DEL ERROR. Con esto buscamos quitarnos las ideas de culpa. Los padres, a veces se sienten culpables de que sus hijos tengan ciertas dificultades... Dicen... yo lo hubiera podido hacer mejor, si hubiera tenido más información, si hubiera sabido más cosas. No tienen porque sentirse culpables, porque nadie está obligado a saber lo que no sabe aún. Lo que necesita es seguir el proceso de aprendizaje.


Gerardo Schmedling T.
El Profundo valor del error

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