El estado que perdimos

La salud perfecta, pura e invencible es el estado que perdimos. Volvamos a ganarla y, así, ganaremos un mundo.  La salud no es simplemente la ausencia de enfermedad. Es la sensación de júbilo que debería acompañarnos todo el tiempo, un estado de bienestar positivo.
Nuestro mecanismo de curación interior coincide perfectamente con el de nuestro exterior. El cuerpo humano no es como la verde pradera, pero su brisa, el agua cantarina, la luz del sol y la tierra se transformaron en nuestro interior y no quedaron en el olvido.
Todos necesitamos ser curados en el más alto sentido haciéndonos perfectos en mente, cuerpo y alma.  El primer paso consiste en darse cuenta de que aún es posible.  Para crear la salud se necesita de una nueva clase de conocimiento, basado en un concepto más profundo de la vida.  Aunque nuestra fachada humana de piel y huesos sea muy convincente, es en realidad una mascara, una ilusión que disfraza nuestro verdadero ser, un ser interior que no tienen limitaciones.
La razón por la que no todos somos capaces de llevar el proceso de curación hasta donde este puede llegar es que discrepamos drásticamente en nuestra capacidad de movilizarlo.  Existen algunas cosas que no requieren trabajo alguno y la curación es una de ellas. No es necesario que te esfuerces para llegar a silenciar tu mente; no debes trabajar para encontrar viejas heridas. Todas estas cosas, una vez que son descubiertas, representan un hecho. Este descubrimiento comienza en cualquier lugar en que te encuentres, pero su meta es siempre la misma: la revelación del todo que hace que el cuerpo, la mente y el alma sean una unidad.


Deepak Chopra
Viaje hacia el bienestar

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El camino del Tao



Todo en la vida aparece, viene y va, se mueve en un proceso sin fin.

Cuando quieres controlar los procesos y dominarlos, los matas.

Cuando quieres controlar el movimiento de la vida, sin estar fluyendo en ella, te desarmonizas.

Cuando dejas que la vida fluya en ti, mostrándote su camino, entonces tú ERES.

Si vives para afirmar tu falso sentido del YO, la vida afirma en tí las causas y los efectos.

Si vives para satisfacer tus deseos, ellos generan en tí tristezas y resentimientos.

Si las metas de tu vida son solo satisfacer tus deseos, ellos te transformarán en su prisionero.

Si dejas que la vida te ofrezca sus deseos, los deseos de la vida te darán lo que necesitas.

Si los deseos se transforman en ideas fijas, lo insaciable es el signo de tu abismo.

Si los deseos se transforman en delicadezas y ternuras, en simplicidades saciadas y satisfechas en sí mismas sin nada más esperar, ellas te abren a la luz.

Siempre que esperas, deseas.Siempre que exijas, tienes ideas fijas.Siempre que estes resentido, en tí viven los sentimientos y energías de los otros.

Siempre que los deseos te alteren y te hagan perder la paz, ellos se mueven como objetos sin control.

Desear sin desear es dejar que la vida te muestre el camino para ser la unidad.

Cuando nada esperas, todo recibes.

Cuando buscas sin querer poseer, todo posees.

Cuando sientes sin aislarte, todo lo compartes.

ENTONCES ERES, CREAS Y ESTÁS EN EL FLUIR DE LA VIDA.


El camino del Tao
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La tierra está viva

"Déjame decirte cómo perdimos la tierra. No era nuestra tierra, como si nos perteneciera. Era la tierra donde cazábamos o donde nuestros ancestros estaban sepultados. Era la tierra que el Creador nos había dado. Era la tierra donde sucedían nuestras historias sagradas. Había lugares sagrados en ella. Nuestras ceremonias se realizaban aquí. Conocíamos a los animales. Ellos nos conocían a nosotros. Presenciamos el paso de las estaciones en esta tierra. Estaba viva, como nuestros abuelos. Éramos parte de ella. La tierra era parte de nosotros. Nosotros ni siquiera sabíamos lo que era ser propietarios de la tierra. Es como decir que eres propietario de tu abuela. Para nosotros, la tierra estaba viva. Mover una piedra significaba cambiarla. Matar a un animal era quitarle algo a ella. Tenía que haber respeto.
Nosotros no vimos respeto en esa gente. Ellos cortaban los árboles y dejaban a los animales en donde les disparaban. Hacían ruidos fuertes. Parecían salvajes. Su paso era pesado y hacían mucho ruido. Y luego esa gente nueva comenzó a pedirnos la tierra. Querían darnos dinero por la tierra. Nuestra gente no aceptó eso. Entonces esa gente dijo que ya no pertenecíamos aquí. Que había un jefe en Washington, una ciudad muy lejana, y que la tierra era de él, y que él había dicho que esa gente podía vivir aquí y nosotros no.
Pensamos que estaban desquiciados. Esas personas cabalgaban por la tierra y colocaban una bandera, y luego decían que todo, desde donde habían empezado hasta donde ponían la bandera, les pertenecía. Eso es como si alguien disparara una flecha al cielo y dijera que todo el cielo hasta donde llegara la flecha le pertenecía. Nosotros pensamos que esa gente estaba loca. Ellos hablaban de propiedad. Nosotros hablábamos de la tierra.
Tu gente vino de Europa porque querían tener propiedades. Ellos habían trabajado para otras personas que les habían quitado sus propiedades y las cosas que cultivaban. Nunca habían tenido nada porque no tenían propiedades. Eso era lo que más deseaban tener.
Todos ellos pensaban que quien tuviera un pedazo de papel diciendo que era dueño de la tierra podría controlar todo lo que sucediera en ella. La gente vino aquí para conseguir propiedades. Nosotros no sabíamos esto. Ni siquiera sabíamos lo que significaba. Nosotros simplemente le pertenecíamos a la tierra. Ellos querían adueñarse de ella.
Su religión no vino de la tierra. Podían llevarla a todos lados con ustedes. Su religión estaba en una copa y un pedazo de pan que podían llevarse en una caja. Sus sacerdotes podían hacer sagrado cualquier lugar. Y no podían entender que lo que era sagrado para nosotros era el lugar donde estábamos, porque ahí era donde sucedían las cosas sagradas y donde los espíritus nos hablaban.
Tu gente no sabía nada acerca de lo sagrado de la tierra. Ustedes estaban matando a todos los animales. El búfalo había desaparecido. Las aves habían desaparecido. Ustedes no nos permitían cazar. Nos daban mantas y whiskey que enloquecía a nuestra gente. Nos pusieron en pequeños corrales de tierra que eran como pequeñas islas en su gran mar.
Lo peor es que ustedes ni siquiera nos escucharon nunca. Ustedes vinieron a nuestra tierra y nos la quitaron, y ni siquiera nos escucharon cuando les tratamos de explicar. Hicieron promesas y rompieron cada una de ellas. Nos mataron sin quitarnos la vida. Nos mataron al convertir nuestra tierra en pedazos de papel y sacos de harina y mantas, diciéndonos que eso era suficiente. Ustedes nos quitaron los lugares donde los espíritus nos hablaban y nos dieron sacos de harina.
Para nosotros la tierra estaba viva. Ella nos hablaba. Nosotros la llamábamos nuestra madre. Si ella estaba enojada con nosotros, no nos daba alimentos. Si nosotros no compartíamos con los demás, ella nos enviaba inviernos duros o plagas de insectos. Teníamos que hacer cosas buenas por ella y vivir de la manera que ella consideraba apropiada. Ella era la madre de todo lo que habitaba en ella, así que todos eran nuestros hermanos. Los osos, los árboles, las plantas, el búfalo. Todos eran nuestros hermanos y hermanas. Si no los tratábamos bien, nuestra madre se enojaba. Si los tratábamos con respeto y honor, ella se sentía orgullosa.
Para tu gente la tierra no estaba viva. Era algo así como un escenario donde podían construir cosas y hacer que sucedieran cosas. Veían al lodo y los árboles y el agua como cosas importantes, pero no como hermanos y hermanas. Esas cosas existían sólo para ayudar a los humanos a vivir.
Ustedes tomaron la tierra y la convirtieron en propiedades. Ahora nuestra madre está en silencio. Pero nosotros aún intentamos escuchar su voz".


Kent Nerbum
"Ni Lobo ni Perro. Por Senderos Olvidados con un Anciano Indio"

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Descubre el principio 90/10

 El 10% de la vida está relacionado con lo que te pasa, el 90% de la vida está relacionado por lo forma en como reaccionas.

¿Qué quiere decir esto?
Nosotros realmente no tenemos control sobre el 10% de lo que nos sucede.
No podemos evitar que el carro se descomponga, que el avión llegue tarde, lo cual tirará por la borda todo nuestro plan. Un automovilista puede obstaculizarnos en el tráfico.
No tenemos control de este 10%. El otro 90% es diferente. Tú determinas el otro 90%.

¿Cómo?...Con tu reacción.
Tú no puedes controlar el semáforo en rojo, pero puedes controlar tu reacción. No dejes que la gente se aproveche de ti. Tú puedes controlar como reaccionas.

Usemos un ejemplo:
Estás desayunando con tu familia. Tu hija tira una taza de café y chispea tu camisa de trabajo. Tú no tienes control sobre lo que acaba de pasar. Lo siguiente que suceda será determinado por tu reacción.
Tu maldices.
Regañas severamente a tu hija por que te tiró la taza encima. Ella rompe a llorar. Después de regañarla, te volteas a tu esposa y la criticas por colocar la taza
demasiado cerca de la orilla de la mesa. Y sigue una batalla verbal. Tú vociferando subes arriba a cambiarte la camisa. Cuando bajas de regreso, encuentras a tu hija demasiado ocupada llorando terminándose el desayuno y estar lista para la escuela. Ella pierde el autobús.
Tu esposa debe irse inmediatamente para el trabajo. Tu te apresuras al carro y llevas a tu hija a la escuela. Debido a que tú ya estas atrasado, manejas 40 millas
por hora en una velocidad máxima de 30 millas por hora. Después de 15 minutos de retraso y obtener una multa de tráfico por $60.00, llegas a la escuela.
Tu hija corre a la escuela sin decirte adios.
Después de llegar a la oficina 20 minutos tarde, te das cuenta que se te olvidó el maletín. Tu día empezó terrible. Y parece que se pondrá cada vez peor. Ansias llegar a tu casa.
Cuando llega a tu casa, encuentras un pequeño distanciamiento en tu relación con tu esposa y tu hija.
¿Porqué? Debido a como reaccionaste en la mañana.

¿Porqué tuviste un mal día?
a) ¿el café lo causó?
b) ¿tu hija lo causó?
c) ¿el policia lo causó?
d) ¿tú lo causaste?

La respuesta es la "d"

Tú no tenias control sobre lo que pasó con el café. La forma en como reaccionaste esos 5 segundos fue lo que causó tu mal día.

Te presento lo que debió haber sucedido.

El café te chispea. Tú hija está a punto de llorar. Tú gentilmente le dices, "esta bíen cariño, solo necesitas tener más cuidado la próxima vez. Después de agarrar
una camisa nueva y tu maletin, regresas abajo y miras a través de la ventana y vez a tu hija tomando el autobús. Ella voltea y te dice adios con la mano.

¿Notas la diferencia?

Dos escenarios diferentes. Ambos empezaron igual. Ambos terminaron diferente.

¿Por qué?
Tú realmente no tienes control sobre el 10% de lo que sucede.
El otro 90% se determinó por tu reacción.

Aquí están algunas formas de aplicar el principio 90/10.

Si alguien te dice algo negativo acerca de ti. No lo tomes muy apecho. Deja que el ataque caiga como el agua sobre el aceite. No dejes que los comentarios negativos te afecten.
Reacciona apropiadamente y no arruinará tu día. Una reacción equivocada podria resultar en la pérdida de un amigo, ser despedido, te puedes estresar, etc.

¿Cómo reaccionar si alguien te interrumpe en el tráfico?
 ¿pierdes tu caracter?
¿golpeas sobre el volante? (a un amigo mio se le desprendió el volante)
¿maldices?
¿te sube la presión?

¿A quien le preocupa que llegues 10 segundos tarde al trabajo?
 ¿por qué dejar que los carros te aruinen el viaje?

Recuerda el principio 90/10 y no te preocupes de eso.

Tú has dicho que perdiste el empleo.
¿Porque perder el sueño y ponerte enojado?
No funcionara. Usa la enegía de preocupación y el tiempo para encontrar otro trabajo.

El avión está atrasado. Va a arruinar la programación de tu día.
Por que manifestar frustración con el encargado de la aerolínea? Ella no tiene control de lo que está pasando.
Usa tu tiempo para estudiar, conocer a otros pasajeros, ¿por qué estresarse? Eso hará que las cosas se pongan peor.
Ahora ya conoces el principio 90/10. Aplícalo y quedarás maravillado con los resultados.
No perderás nada si lo intentas. El principio 90/10 es increíble.
Muy pocos lo conocen y aplican este principio.

¿El resultado?
Millones de gente están sufriendo de un estrés que no vale la pena, sufrimientos, problemas y dolores de cabeza. Todos debemos entender y aplicar el principio 90/10.
¡Puede cambiar tu vida!
Disfruta...



Stephen Covey
Psiquiatra
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