El grano de mostaza


Una mujer, deshecha en lágrimas, se acercó hasta el Buda y, con voz angustiada y entrecortada, le explicó:

- Señor, una serpiente venenosa ha picado a mi hijo y va a morir. Dicen los médicos que nada puede hacerse ya.

- Buena mujer, ve a ese pueblo cercano y toma un grano de mostaza negra de aquella casa en la que no haya habido ninguna muerte. Si me lo traes, curaré a tu hijo.



La mujer fue de casa en casa, inquiriendo si había habido alguna muerte, y comprobó que no había ni una sola casa donde no se hubiera producido alguna. Así que no pudo pedir el grano de mostaza y llevárselo al Buda. Al regresar, dijo:

- Señor, no he encontrado ni una sola casa en la que no hubiera habido alguna muerte.

Y, con infinita ternura, el Buda dijo:

- ¿Te das cuenta, buena mujer? Es inevitable. Anda, ve junto a tu hijo y, cuando muera, entierra su cadáver.



Buddha

Este documental de PBS por el galardonado cineasta David Grubin y narrado por Richard Gere, cuenta la historia de la vida de Buda, un viajede especial relevancia para nuestro tiempo desconcertante de cambio violento y la confusión espiritual. Cuenta con el trabajo de algunos de los más grandes artistas del mundo y escultores, que a través de dos milenios, ha representado la vida de Buda en el arte de gran belleza y complejidad. Escuchar ideas sobre la narrativa antigua por los budistas contemporáneos, entre ellos el poeta ganador del Premio Pulitzer WS Merwin y Su Santidad el Dalai Lama. Únase a la conversación y aprenda más acerca de la meditación, la historia del budismo, y cómo incorporar las enseñanzas del Buda en la compasión y la atención a la vida cotidiana.








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Tirar al blanco




Después de ganar varias competencias de tiro al blanco, el joven y presumido campeón, desafió a un maestro del Zen famoso por su habilidad como arquero. El joven demostró una habilidad técnica muy buena cuando impactó el centro del blanco en su primer intento. Su segundo tiro era igual de perfecto y dijo al anciano:

- ¡Allí lo tiene! ¿Vea si puede igualar eso?

Imperturbado, el maestro no sacó su arco. Le hizo un gesto para que lo acompañara a la montaña.

Curioso sobre las intenciones del viejo, el campeón lo siguió, hasta que llegaron a un profundo abismo atravesado por un débil e inestable tronco.

El viejo maestro caminó tranquilamente hasta el centro del frágil y peligroso puente, escogió un lejano árbol como blanco, sacó su arco, y disparó un tiro limpio y directo.

- Ahora es su turno, – le dijo mientras regresaba distinguidamente hasta suelo seguro.

El joven miró con terror el abismo sin fondo y no pudo forzarse a caminar sobre el tronco, ni menos disparar al blanco.

- Usted tiene mucha habilidad con su arco, – dijo el maestro, notando el aprieto de su desafiante – pero tiene poca habilidad con la mente, que le deja aflojar el tiro.



Cuento Tradicional Zen

Película: Pequeño Buda

Un monje Tibetano llamado Lama Norbu y muchos de sus ayudantes, buscan la reencarnación de un Lama que murió en Seattle ya hace ocho años. Poco a poco se nos va introduciendo en algunos aspectos del Budismo y en la vida, hechos y mitos del Buda Sakyamuni. Hermosa banda sonora. Aquí se puede ver el Trailer



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Proyectar




Era un yogui errante que había obtenido un gran progreso interior.
Se sentó a la orilla de un camino y, de manera natural, entró en éxtasis.
Estaba en tan elevado estado de consciencia que se encontraba ausente de todo lo circundante. Poco después pasó por el lugar un ladrón y, al verlo, se dijo: "Este hombre, no me cabe duda, debe ser un ladrón que, tras haber pasado toda la noche robando, ahora se ha quedado dormido. Voy a irme a toda velocidad no vaya a ser que venga un policía a prenderle a él y también me coja a mí". Y huyó corriendo. No mucho después, fue un borracho el que pasó por el lugar.
Iba dando tumbos y apenas podía tenerse en pie. Miró al hombre sentado al borde del camino y pensó: "Éste está realmente como una cuba. Ha bebido tanto que no puede ni moverse".
Y, tambaleándose, se alejó. Por último, pasó un genuino buscador espiritual y, al contemplar al yogui, se sentó a su lado, se inclinó y besó sus pies.

Así como cada uno proyecta lo que lleva dentro, así el sabio reconoce al sabio.



Cuento Tradicional Indú

No perder la calma




En un monasterio había un anciano monje ante el cual los jóvenes novicios se sentían intimidados; no porque fuera severo con ellos, si no porque nada parecía perturbarlo o afectarlo nunca.
Así, veían en él algo inquietante y le temían. Al fin sintiendo que no podían soportar más esa situación, decidieron ponerlo a prueba. Una oscura mañana e invierno, cuando era tarea del anciano llevar la ofrenda del té a la sala del Fundador, el grupo de novicios se oculto en un recodo del largo y sinuoso corredor que a ella llevaba. Al pasar le anciano, salieron de su escondite dando alaridos como una horda de demonios.
Sin que su paso vacilará, el anciano siguió andando con calma, llevando cuidadosamente el té. En la siguiente vuelta del corredor, como él bien sabía, había una mesita. Se dirigió hacia ella en la oscuridad, depositó la taza, la cubrió para protegerla del polvo, y entonces, apoyándose sobre la pared, prorrumpió:

- ¡Oh, oh, oh! – en exclamaciones de susto.

Un maestro del Zen, al relatar esta anécdota, comentaba:

- Se ve, pues, que nada tiene de malo las emociones.

- Sólo que no debe dejarse que nos arrastren o perturben lo que estamos haciendo.



Cuento Tradicional Zen

Reiki en Hospitales Pediátricos de Bolivia





Trabajo de Reiki realizado en las Salas de Pediatría del Hospital Oncológico de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), por EL ESTUDIO - artes energéticas dirigido por la Maestra de Reiki Inmaculada Gutiérrez Rubio y dos de sus alumnos.

La tercer parte no está disponible por el momento.



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Adversidad

El oro para ser purificado debe pasar por el fuego, así como el ser humano necesita pruebas para pulir su carácter. Pero lo más importante es: ¿Cómo reaccionamos frente a las pruebas?.
Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un recipiente. Sacó los huevos y los colocó en otro. Coló el café y lo puso en un tercer recipiente.
Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?". "Zanahorias, huevos y café", fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, padre?".
Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: ¡agua hirviendo!, pero habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua siendo fuerte y dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua siendo frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?. ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?"
Y hoy te lo pregunto yo a ti... ¿Cómo eres tú, mi querido amigo?.
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?.
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable. Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido?. Por fuera te ves igual, pero... ¿eres amargado(a) y áspero(a), con un espíritu y un corazón endurecido?.
¿O eres como un grano de café?. El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. ¡Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor!. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor... ¡tú reaccionas mejor! y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.
¿Cómo manejas la adversidad?.




Autor desconocido